Esta triste historia comienza hace ya unos cuántos años atrás, seguramente a finales de los años 80.
Cacahuete es una hembra de Trachemys scripta elegans, o tortuga de orejas rojas, que vivía en libertad, en algún remanso de agua o río de no mucho caudal en algún lugar de Missouri, en los Estados Unidos. Pero su vida iba a cambiar. Aun era una tortuga jóven, y apenas contaba con un par de años edad, cuando mientras se movía tranquilamente por la naturaleza cuando en su camino se encontró con unas anillas de plástico que se utilizan para mantener las latas de cerveza o refresco juntas (lo que en Estados unidos llaman el six-pack rings) Sin querer, y seguramente mientras paseaba o vagaba por una zona mansa del río, quedó atascada y encajada en uno de los aros, en su caparazón, y ya no pudo liberarse.
Y los años pasaron.
Y la tortuga creció.
Se calcula que pasaron aproximadamente unos tres o cuatro años. Pero creció de una forma no habitual. Como si tuviera un corsé, la anilla de plástico hizo que su caparazón y su cuerpo tuvieran que adaptarse al plástico. Fue así como creció con esa extraña forma de reloj de arena, y para su edad, que se calculan en ese momento unos 9 años, la volvían muy vulnerable a los depredadores, o a simplemente quedar atascada en cualquier otro sitio con otra anilla de plástico.
Por fortuna, en el año 1993, alguien la encontró en un río y al extrañarse de la tortuga la llevó al Zoológico de San Luis, en la la ciudad portuaria del oeste del río Misisipi.
En el Zoo, los veterinarios que la atendieron le cortaron y quitaron la anilla de plástico. Por su curiosa forma, decidieron bautizarla como Peanut (cacahuete o maní en castellano).
Pero evidentemente, el daño ya estaba hecho. Cacahuete no volvería nunca más a ser la misma, no volvería a tener la forma de una tortuga normal o una T.s elegans normal.
Ante esto, la donaron al Departamento de Conservación de Missouri para que se hiciera cargo de ella.
«Si esto hubiera ocurrido a una nutria, el animal probablemente habría muerto a causa de una infección», señala el departamento.
«Pero como Cacahuete tiene un caparazón que protege su cuerpo, pudo sobrevivir, aunque algunos de sus órganos no funcionan correctamente«; los pulmones, por ejemplo.
Es por esto, que Cacahuete tampoco puede vivir en su medio natural, y debe vivir en cautividad ya que no tiene la misma habilidad que tendría una tortuga de su especie, y eso la convierte en muy vulnerable ante cualquier depredador natural.
Hoy en día, Cacahuete, a sus 30 años, sigue viviendo en un acuario, lejos de las amenazas que encontraría en su hábitat natural, y bajo supervisión de sus cuidadores. Además, la nombraron imagen de la iniciativa No More Trash (No más basura), lanzada en conjunto por los departamentos de Conservación y de Transporte de Missouri para concienciar, educar y lograr un estado libre de desechos y que cuenta con miles de voluntarios.
Lleva varios meses en marcha y además de campañas para limpiar ríos, han llevado a cabo concursos y sesiones informativas, siempre con el objetivo de concienciar a la población para que produzca menos desechos, recicle o los tire donde corresponde.
Desde el Departamento de Conservación explican que, como el plástico de las latas, hay otros desechos que pueden ser perjudiciales para la fauna local.
«Si un artículo tiene huecos o aros no es difícil que un animal se meta en problemas», explica en su página web.
«Además, cuando queda atrapado entra en pánico, haciendo que las cosas empeoren», señala. «Los animales no tienen la misma destreza que los humanos, así que les cuesta desenredarse».
De acuerdo al departamento, los sedales también son peligrosos para varias especies acuáticas, ya que no se ven. «Los que se enredan en ellos no sobreviven: o mueren de hambre o son devorados por depredadores».
Asimismo, pedazos pequeños de plástico y filtros de cigarrillo son una amenaza para la vida silvestre.
«Los animales normalmente no pueden distinguir entre basura y comida, así que se comen los desechos y se asfixian, o terminan con el estómago lleno de plástico y mueren de hambre».
Para que esto no ocurra, el departamento recomienda no tirar basura donde no corresponde, mantener las calles y los ríos limpios, y, en el caso de los plásticos de las latas, cortar los aros de forma que ningún animal pueda quedar atrapado en ellos.
Es por ésto, que desde tortugasdeagua.com nos adherimos a la campaña de No More Trash, y te invitamos a que tu hagas lo mismo, colaborando para cuidar nuestro medio ambiente, y que no se produzca ni se tire plásticos ni basura plástica en los ríos, mares y océanos, para que los animales no sufran éstos problemas que pueden ser mortales y para que ninguna tortuga sea como Cacahuete.
Repetimos. Que ninguna tortuga sea como Cacahuete.
Puedes conocer a cacahuete en éste vídeo 🙂
Fuentes : Missouri Department of Conservation , No More Trash !, BBC Mundo
Pobre tortuga!! Ojalá nos concienticemos de que tenemos que cuidar nuestro medio ambiente y nuestro entorno. El plástico y otros deshechos invaden y detruyen nuestros mares y ríos. Casos como éstos demuestran que nos estamos destrozando el mundo…y aqui la pobre cacahuete ha tenido muchísima suerte. También me adhiero no more trash!
espero que cacahuete se recupere